miércoles, 10 de febrero de 2016

Autocirugía en la Antártica

Uno de los más famosos casos de autocirugía, es el del médico ruso Leonid Ivanovich Rogozov (1934-2000). Lo interesante de este caso es que, además de ser la primera autocirugía exitosa y documentada, es en las condiciones en que el médico Leonid Rogozov tuvo que realizarla, en medio de la Antártica y prácticamente sin ayuda.

Su historia va así: Se graduó en 1959 del Instituto Médico Pediárico de Leningrado (San Petersburgo de hoy) como médico general y comenzó su entrenamiento clínico para especializarse en cirugía. A los 26 años interrumpió su entrenamiento para unirse a la sexta Expedición Antártica Soviética como médico en la base Novolazarevskaya. 
Teniendo 27 años y siendo el único médico en la base, el 29 de Abril comenzó a sentirse cansado, débil, con nauseas y un poco afiebrado, y más tarde empezó a sentir un dolor en la parte inferior derecha del abdomen. Durante la noche los síntomas empeoraron, la fiebre subió y el dolor en el abdomen lo martirizaba. 

"No he dormido en toda la noche. Me duele como el demonio! Una tormenta de nieve azotando a través de mi alma, gimiendo como 100 chacales", escribió en su diario.

A Rogozov, siendo médico cirujano, no le llevó mucho tiempo diagnosticarse con apendicitis aguda.

"Aún no hay síntomas de que la perforación es inminente, pero tengo un muy mal presentimiento".
La estación soviética más cercana estaba a 3074 km de Novolazárevskaya y habían, por supuesto, terribles condiciones de la antártica. Era imposible buscar ayuda fuera. Estando atrapado en una base recientemente construida, con ningún equipo médico ni personal y un dolor agonizante, no tuvo más opción que realizarse una apendicectomía a sí mismo, sabiendo que si no lo hacía moriría dentro de las próximas 24 horas.

"Podía esperar por ayuda que no vendría, o hacer el intento de operarse a sí mismo" dijo su hijo, Vladislav Rogozov. No fue una decisión fácil, pero mientras consideraba las opciones sus síntomas empeoraban aún más.

"Tengo que pensar que la única salida que tengo es operarme a mi mismo... Es casi imposible, pero no puedo simplemente cruzarme de brazos y renunciar", dijo Leonid Rogozov.

Leonid Rogozov acostado hablando con su amigo
Yuri Vereschagin en Novolazarevskaya
Habiendo tomado la decisión, elaboró un detallado plan para la operación, designó a dos asistentes para que le pasaran los instrumentos, lo ayudaran con la lámpara y sostuvieran un espejo para que pudiera ver su abdomen estando acostado. El director de la estación también estaba en la habitación por si uno de los "asistentes" (un mecánico y un meteorólogo) se desmayaba.

"Era tan sistemático que incluso nos dijo qué hacer si él comenzaba a perder la conciencia, cómo inyectarle adrenalina y realizar una ventilación artificial", dijo Vladislav.

La operación comenzó alrededor de las 22:00hrs ese 30 de Abril de 1961. Tomó aproximadamente dos horas. El anestésico general estaba fuera de la ecuación, por lo que la extirpación del apéndice tendría que hacerse sin más alivio del dolor. Rogozov hizo una incisión de unos 12 cm para buscar el apéndice. Rogozov tenía la intención de utilizar el espejo para ayudarse a operar, pero el punto de vista invertido se convirtió en un terrible obstáculo, por lo que terminó trabajando por el tacto, sin guantes. 
Media hora después del inicio de la operación comenzó a sentirse débil y con nauseas, de ahí en adelante tuvo que hacer pausas cada cinco minutos para vomitar.
Mientras se acercaba a la parte final y más difícil de la operación, casi perdió la conciencia. Temía fallar en el último tramo.

"Sangraba mucho pero me tomé mi tiempo(...), me hacía más y más débil y mi cabeza comenzaba a girar. Cada 4 o 5 minutos tenía que descansar 20-25 segundos", escribió Rogozov.

"Finalmente está aquí, el apéndice maldito! Con horror me doy cuenta de la mancha oscura en su base. Esto significa que sólo un día más y habría estallado... Mi corazón agarrotado y notablemente ralentizadlo, mis manos se sentían como el caucho. Bueno, pensé, va a terminar mal y todo lo que quedaba era la extirpación del apéndice".

Pero no falló. Por fin pudo administrar un anestésico local, en su pared abdominal pero sólo una vez que había cortado y removido su apéndice, para poder mantener su cabeza lo más clara posible.

"No me permitía pensar en nada más que no fuera la tarea en cuestión. Era necesario coserme, me cosía con con firmeza y apretaba mis dientes".

Cerca de medianoche terminó la operación. Y antes de permitirse descansar, dio instrucciones a sus asistentes de cómo lavar los instrumentos quirúrgicos. Una vez que la habitación estuvo limpia, Rogozov tomó unos antibióticos y pastillas para dormir.

Después de cinco días el doctor se sintió mejor, y luego de 7 días removió los cables que utilizó para coser su cuerpo. Regresó a sus tareas normales sólo dos semanas más tarde. En 1961 fue galardonado con el Orden de la Bandera Roja del Trabajo. Publicó un breve nota acerca de su autocirugía en el Boletín de Información Expedición Antártica Soviética.
En Octubre de 1962 regresó a Leningrado e hizo un doctorado. Fue galardonado con la tesis «La resección del esófago para el tratamiento del cáncer de esófago». Los años siguientes trabajó como médico e incluso jefe del Departamento de Cirugía del Instituto de Investigación de Neumología Tuberculosa, en Leningrado (San Petersburgo).

Increíble.
Su nombre: Leonid Rogozov.

martes, 9 de febrero de 2016

5 Curiosidades Medievales

Si tuviéramos la oportunidad de transportarnos al siglo XIV, a Inglaterra, nos encontraríamos con un mundo totalmente distinto, que probablemente describiríamos como joven, violento, sucio e ignorante. Y todo es es probablemente cierto, pero hay cosas que te aseguro no tenías idea acerca de esta época. ¿Por qué no echamos un vistazo alrededor?

La gente es un poco más baja que nosotros, el promedio de los hombres es de 171cm y de las mujeres 158cm. Y si bien los adinerados probablemente pesen lo mismo que nosotros no ocurre lo mismo con los pobres, que incluso son aún más bajos por la selección genética y la dieta. Así, queda claro que los nobles tienen una gran ventaja al pelear.

La mayoría de la gente medieval es joven. Alrededor del 37% de la gente es menor de 15 años, y tan solo el 5% es mayor de 65 años. El largo de sus vidas depende de dónde estén y qué riquezas tengan. La esperanza de vida es de 50 años en una sociedad próspera, aunque la mitad de los adultos muere antes de llegar a esa edad. Los campesinos de la misma área, sin embargo, viven 6 años menos, aproximadamente. Todo esto, siempre y cuando alcanzaran los 20 años, y la mitad de la población habría muerto para entonces! 
De hecho, si ordenáramos a cada persona medieval en una línea por orden de edad y tomáramos a la de en medio, ésta tendría 21 años; mientras que actualmente si hiciéramos lo mismo, tal persona tendría 38 años.

Actualmente, la gente vive diciendo que los niños deben crecer tan rápido estos días. Bueno, si no les gustan "estos días" por qué no mejor hacen un viajecito a la Edad Media y reflexionan un poco en sus palabras. En la Edad Media se esperaba que un niño ya de 7 años trabajara, y si no lo hacía y decidía, en cambio, robar, podía ser legalmente colgado. Podían casarse a los 14 y servir en el ejército a los 15. Incluso algunos a los 16 años podían comandar batallones completos, como lo hizo el Príncipe Edward en la batalla de Crécy (1346). Eso sería impensable estos días, claramente.
Los embarazos a temprana edad son alentados, y una cosa más que positiva. La mayoría de las mujeres de buenas familias se casaban a los 16, y habrían tenido 6 hijos a los 24 años! (aunque 3 de ellos habrían muerto). (Ah, y todo esto si es que ella no murió en uno de los 6 partos). ¿Cómo esta la cosa?

La Edad Media no es una muy buena época para las mujeres, por ponerlo liviano. Desde que nacen hasta que enviudan viven bajo el control de alguien, la mayoría de las veces de una hombre. Una vez que se casan viven bajo la autoridad del marido, sin poder resistirse a él sexualmente.
No hace falta ser un genio para darse cuenta de que las mujeres de aquella época son constantemente víctimas de prejuicio sexual. Y es que en esa época se culpaba a la mujer por todas las fallas físicas, intelectuales y morales de la sociedad. Una plataforma fundamental en la que se fundan estos prejuicios es el famoso texto en que la mujer persuade al hombre de que tome la fruta prohibida.
Todos estos prejuicios son, de todas formas, ya parte de la época medieval desde sus inicios, y aquellos pocos que no compartían tales pensamientos no tenían nada más que hacer que escribir textos anti-sexitas para compartir con sus amigos. (AmigAs, realmente. Esto lo solían hacer unas pocas mujeres educadas).

Bueno, ya que tenemos el panorama...
El hecho IMPACTANTE, en todos los niveles de la sociedad, es la incapacidad de entender y controlar el deseo sexual. La mayoría del conocimiento médico se basaba fuertemente en las enseñanzas del siglo XIII del escritor Galen, que dice que el útero de las mujeres es "frío" y necesita ser constantemente "calentado" con la esperma del hombre. ADEMÁS, dice que si las mujeres no copulan regularmente, su "semilla" (como le dice Galen) coagulará y sofocará su útero dañando su salud. WTF! Esto si que les va bien a los hombres. Por esto, es ampliamente aceptado que las mujeres tienen la necesidad física de tener sexo regularmente.
Así que ahí tienen, una sociedad donde los hombres creen que sus mujeres necesitan tener sexo tanto como puedan.
Y te preguntarás que ocurre con las mujeres que no están casadas. Bueno, probablemente ya te lo imaginas. John Gaddesden, un gran doctor de Oxford a inicios del siglo, recomienda que si una mujer no encuentra a un hombre rápido, debe viajar, hacer ejercicio frecuentemente y tomar medicinas. Y si nada de esto funciona, para calmar su lujuria debe llamar a una partera y conseguir un poco de aceite...

Los resultados de este erróneo entendimiento de la sexualidad de la mujer son profundos. Galen asegura también que una mujer debe tener un orgasmo para poder concebir un hij@. Por un lado, para las mujeres con esposos deseosos de tener hijos es algo bueno. Pero para el resto es peligroso. Primero, porque un hombre puede violar a una mujer, y hacerlo de una forma tan brutal para que ella no disfrute de ningún placer físico y así esperar que no conciba. Y aunque la violación es un crimen serio, es casi imposible para una mujer lograr que este crimen se reconozca. Veamos ambos casos. Si la mujer concibe y si la mujer no concibe. Si la mujer NO concibe, y no hay suficiente evidencia que indique que el acusado violó a la mujer, no hay nada que hacer. Sería su palabra contra la del acusado (hombre). Si la mujer concibe, estaría declarando que disfrutó físicamente de la experiencia (según Galen) y por lo tanto no habría sido una violación.


Interesante...